Uno de los máximos exponentes de este trascendental periodo histórico es el castro de El Castillejo, que se encuentra al noroeste del pueblo de Castilfrío de la Sierra. Es uno de los castros más completos de toda la provincia y ofrece una oportunidad única para explorar sus sistemas defensivos y comprender el modo de vida de esta civilización prerrománica. En la siguiente imagen de 360 grados puedes observar parte de su planta circular de 130 metros de diámetro:
Imagen 360ºEs uno de los castros más significativos de la provincia, al ser probablemente el más completo, al menos en lo que respecta a sus elementos de carácter defensivo, de los que se conservan una muralla, un foso y una franja de piedras hincadas. Se sitúa al noroeste del pueblo de Castilfrío, a 1.400 m de altitud. Al igual que el castro de Taniñe, fue descubierto y excavado en los años veinte del pasado siglo y se sitúa entre los siglos VI-IV a.C.
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A dos kilómetros de San Pedro Manrique se encuentran las ruinas del monasterio románico de San Pedro el Viejo. En sus inmediaciones se pueden encontrar los restos de un castro perteneciente a época dorada de la Cultura Castreña Soriana, entre los siglos VI-IV a.C.
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En un cerro situado al norte de Taniñe se puede observar un castro de la Edad del Hierro conocido como ‘El Castillejo’. Es muy conocido por los estudiosos de la arqueología debido a sus frisos de piedras hincadas. Se trata de un pequeño poblado fortificado con una muralla que se sitúa entre los siglos VI-IV a.C y fue descubierto y excavado en los años veinte del pasado siglo.
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Junto a las ruinas del despoblado de Torretarrancho se encuentran los restos de un castro o poblado fortificado de la Edad del Hierro, del que aún se pueden apreciar restos de la muralla y del foso en su cara norte
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Restos de un castro de la Edad del Hierro que cronológicamente puede situarse entre los siglos VI-IV a.C. Pertenece a la época dorada de la Cultura Castreña Soriana y se encuentra a las afueras del pueblo de Valdeprado.
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Restos de un castro de la Edad del Hierro que cronológicamente puede situarse entre los siglos VI-IV a.C. Pertenece a la época dorada de la Cultura Castreña Soriana y se encuentra a las afueras del despoblado de Vea, entre San Pedro Manrique y La Rioja.
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Está situado en un espigón cercano al pueblo de Villar de Maya, a 1.130 m de altura y bajo el cerro de La Cerrezuela. Su gran acumulación de piedras demuestra que el castro se protegió en su momento con una torre proyectada en muralla y los materiales encontrados en la zona permiten situarlo cronológicamente en el siglo V-IV a.C. hasta la conquista romana del siglo II a.C.
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El dolmen es un monumento funerario megalítico construido a base de piedras verticales cubiertas con losas de gran tamaño. El único que hoy se conoce en la provincia de Soria fue descubierto en 1985 en el Alto de la Tejera. Tiene una antigüedad de entre 4.000 y 5.000 años y es fundamental para corroborar la existencia de la arquitectura megalítica en el Alto Duero. Junto al monumento se ha colocado una mesa explicativa con todos los detalles históricos y arquitectónicos.
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Se asienta a unos 500m del río Baos, sobre una amplia loma redondeada y con unas vistas privilegiadas del pequeño pueblo de La Laguna. En su momento estuvo rodeado por una muralla, de la que aún se conservan algunos restos, una torre defensiva principal, un foso y probablemente dos torreones adicionales. También se han encontrado múltiples restos de útiles y cerámicas celtibéricas realizadas a torno: copas, cuencos, jarras, embudos, ralladores…
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Yacimiento arqueológico al que se puede llegar fácilmente desde San Pedro Manrique. Está situado en una loma redondeada y que se eleva unos 30m junto al cauce del río Linares. Está protegido por una muralla y un foso paralelo y se cree que podría haber contado en su momento con una torre defensiva junto a la entrada. También se puede observar una canalización para la evacuación de aguas que atraviesa la muralla.
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Una de las actividades más destacadas del programa de otoño en Tierras Altas es la visita al dolmen del Alto de la Tejera. Si quieres conocer este monumento megalítico junto a los vecinos de la comarca y ayudar a la construcción de un nuevo dolmen del siglo XXI, reserva unos días libres para el mes de noviembre. ¡Te esperamos!