Descubre pueblos que resisten al paso del tiempo, como auténticos guardianes de conocimientos y formas de vida en peligro de desaparecer. Sumérgete en una etnografía viva que reclama ser descubierta. Las casas guardan historias de habitantes que se marcharon. Balcones abiertos al infinito, testigos mudos de la historia de pueblos abandonados. Ahora te esperan para recordar esas ilusiones, esos vecinos, y devolverles vida con cada visita.
Acurrucado en la ladera norte del monte Lado Frío, su terreno era pobre y escabroso lo que propició a mediados del siglo pasado su abandono, a pesar de contar a comienzos del mismo con 200 vecinos.
1/22
En la ladera oeste del monte Ayedo, pertenecía a la Comunidad de Villa y Tierra de Yanguas. En la primera década del S. XX contaba con 150 habitantes y en torno al año 1972 se abandonó definitivamente. Tiene una iglesia gótica muy interesante en ruinas. Cerca se sitúa el castro El Castillejo, poblado celtibérico y la Fuente de Ontálvaro, de aguas sulfurosos cálcicas frías.
2/22
Situado en el límite con La Rioja junto al arroyo Horcajuelo, destaca por su terreno abancalado. Contaba a comienzos del siglo pasado con un centenar de vecinos.
3/22
Situado en las faldas del pico Ayedo, en el valle del río Linares, es uno de los pueblos que se abandonó por la repoblación masiva de pinos efectuada en los años sesenta
4/22
Localizado junto a la carretera SO-660 entre Diustes y Yanguas, al pie del cerro de la Cerrezuela y a la orilla del río Ostaza, se encuentra este despoblado que quedó abandonado hace relativamente pocos años.
5/22
Situado en un promontorio rocoso muy escarpado a los pies de la Sierra Cabezas, pertenece al municipio de Valdeprado. Tiene una arquitectura en piedra muy característica. Llegó a contar en el siglo pasado con casi 150 habitantes.
6/22
Situado en un profundo valle al pie de la Sierra de Alcarama, otra de las víctimas de la repoblación de Patrimonio Forestal del Estado a causa de la cual los habitantes tuvieron que abandonar sus casas. A comienzos del siglo pasado contaba con 69 vecinos.
7/22
Muy cercano a Acritos, al igual que muchos otros sufrió el azote del abandono al comprar el Estado sus terrenos para repoblación forestal de pino. Perdió casi de golpe los 230 vecinos con que contaba en el siglo pasado.
8/22
Situado al pie del cerro Cruz del Cerro y rodeado por el río Masas, afluente del Ostaza. Destaca el terreno abancalado y una muestra de chimenea propia de la zona pinariega. A principios del pasado siglo contaba tan solo con 60 habitantes.
9/22
Situado en la falda de Monte Real y atravesado por el arroyo San Cabrás, este despoblado está ocasionalmente habitado en fines de semana y periodos vacacionales por alguno de sus antiguos vecinos. Está rodeado de buenos pastos destinados al ganado vacuno. Contaba a comienzos del S. XX con 157 habitantes.
10/22
Perteneciente al pueblo de Cerbón, del que actualmente se considera un barrio, esta localidad se situaba en una zona llana en la confluencia de varios arroyos: Malserver, del Vallejo, del Valle, de las Viñas, de la Peña que configuran el río Valdeprado. Tiene muchos nogales. Tuvo a principios del S. XX 89 habitantes.
11/22
Despoblado situado muy cerca de La Vega, en las faldas de Monte Real. Marcaba el extremo de la Cañada Real Soriana Oriental y conserva. Su vida como pueblo fue bastante corta pues se constituyó a finales del S. XVIII y a mediados del S. XX quedó deshabitado.
12/22
En el corazón del valle del río Linares, al pie del pico de Lado Frío, de difícil acceso, fue uno de las primeras localidades que sufrió el abandono total por parte de sus vecinos.
13/22
El despoblado más cercano a San Pedro Manrique y uno de los pocos cuyos vecinos intentan recuperar del olvido. Se han constituido como Asociación, han creado un museo etnográfico y publican una revista anualmente. A comienzos del siglo XX contaba con 186 vecinos.
14/22
En la Sierra de Alba se encuentra este despoblado llamado “Torretarranclo o La Torre de Tarranclo” aunque actualmente se le conoce como Torretarrancho. Pertenece al pueblo de Valtajeros. En el S. XVIII perteneció al Duque de Alba. Se abandonó a finales de los años 60. El primer asentamiento fue en el Cerro de El Castellar, castro fortificado de la Edad del Hierro, situado en un lugar estratégico entre los valles de Magaña y San Pedro Manrique.
15/22
Entre Santa Cruz de Yanguas y La Laguna se sitúa este despoblado habitado en fines de semana y periodos vacacionales, sobre el cerro del Corvejón. Ha sido tierra de cultivos y aún conserva un interesante molino en el cercano Río Baos, el de la Llanas. Tuvo en el siglo pasado 70 habitantes
16/22
Un caso atípico dentro de los pueblos abandonados pues, tras su despoblación en los años sesenta y estar varias décadas en el olvido, se recuperó para destinarlo a un uso turístico. En la actualidad es un complejo de 12 casas con alojamiento para 75 personas, 4 comedores, talleres tradicionales y actividades orientadas al mundo anglosajón, entre otras.
17/22
En la ladera sur de la Sierra de la Ballenera, al pie del arroyo Ambriguela se localiza este despoblado. De empinadas calles, a comienzos del S. XX todavía contaba con 200 vecinos.
18/22
Despoblado en el valle del río Linares, a más de 7 kilómetros de San Pedro Manrique desde el que se accede por un interesante camino señalizado en la actualidad con G.R. El pueblo contaba con más de 300 vecinos a comienzos del siglo pasado.
19/22
Despoblado, aunque con varias viviendas rehabilitadas y habitadas intermitentemente, a 5 kilómetros de Yanguas, se localiza en la salida de la parte angosta del río Ostaza, donde el terreno se abre a los campos agrícolas. Contaba a principios del S. XX con 88 habitantes.
20/22
Se localiza en la parte final del valle del Linares en Soria, gracias a su benigno clima permitía el cultivo del olivo. Contaba a comienzos del S. XX con 350 vecinos.
21/22
Cerca de Villaseca Somera, que aún conserva algún habitante, se sitúa este despoblado. Se sitúa junto a la carretera local SO-P-1131 a Valduerteles. Y a comienzos del S. XX tan solo contaba con 59 habitantes.
22/22
Valdelavilla, uno de los tantos pueblos abandonados en la década de los 60, ha renacido gracias a su rehabilitación como centro de turismo rural y a la grabación de la serie 'El Pueblo'.
Un lugar mágico y atípico que se alza como máximo exponente del encanto de los despoblados sorianos.